9 de noviembre de 2012

Viene a registrarte el corazón.

Es fácil que se te meta una canción en la cabeza, que no hagas más que repetir una y otra vez la misma letra, y tararear los mismos solos de guitarra. Es fácil porque te evade, te tranquiliza y, por qué no, te hace feliz. 
Pero lo que no es fácil es que esas canciones de verdad te lleguen dentro, que te hagan sonreír cuando reconoces los primeros acordes. Pocas personas son capaces de conseguir eso con su música. 

Él lo hace. 
Y como dice un grande de los grandes, el rock andaluz vivirá mientras viva Albertucho.


                                                                                   ¡Jodida ALEGRÍA la que me provoca!