31 de octubre de 2010

Espero que entiendas mi sarcasmo (Alex)

Y otra vez vuelvo a lo mismo. A odiarte. A sentir la extrema necesidad de largarme y no volver a verte más. Gracias por volver a pegarte a mi. Espero que entiendas mi sarcasmo. Si, claro, siempre lo hiciste.
En aquellos momentos llegué a quererte. Si, a quererte y a necesitarte. A sentirme absolutamente libre y feliz si estabas tú. A querer tenerte en cada momento de mi vida. A no necesitar a nadie más que a ti en este mundo.
Si, ¡joder! Pero las cosas han cambiado. Yo ahora necesito otra cosa, necesito vivir. Necesito quererla, necesito que me abrace y me diga lo mucho que ELLA me necesita a mi. Creo que tú ya sobras en esta historia, pero parece que no quieres entenderlo. Y vuelves. Y ella se aleja. Y vuelves. Y vuelves para quedarte, o eso parece.
Y ahora, como siempre, volveré a sonreír. A decir que no pasa nada, a mentirme a mi mismo. A encender otro absurdo cigarrillo que no cambiará las cosas y a maldecir el mundo
Gracias, soledad. Espero que entiendas mi sarcasmo. Si, claro, siempre lo hiciste.

29 de octubre de 2010

Llegó a la conclusión de que el mundo no estaba hecho para él (Alex)

Hora punta. Madrid. Fumaba Malboro mientras veía a personas pasar a toda prisa por su lado. Ninguna caía en la cuenta de que él estaba esperándolas. Allí, de pie en medio de la Gran Vía. Buscaba a la persona adecuada. No quería alguien que le quisiera, ni siquiera quería meterla en su cama. Buscaba alguien con quien compartir su vida. Una vida más. Una pequeña e insignificante vida, como tantas. Llegó a la conclusión de que el mundo no estaba hecho para él. De que las personas estaban regidas por unas normas que el se negaba a cumplir. ¿Por qué levantarse a las siete de la mañana, cada día e ir a una oficina en la que eres uno más? ¿Por qué celebrar la Navidad y hacer un regalo absurdo a cada miembro de tu familia? ¿Por qué pensar constantemente en la opinión ajena y reprimirse? Eso era el ser humano. Prejuicios. Alex nunca los había tenido. Se había criado en una familia de pijos adinerados. Había rechazado todos los caprichos que sus padres quisieron darle.
La persona a la que mas amó en el mundo se había marchado, diciéndole que no le quería. Sus padres acababan de morir, en un accidente de tráfico. Ellos nunca le importaron, pero nunca había experimentado la sensación de encontrarse completamente solo hasta aquel momento.
Tiró el Malboro al suelo y lo apagó con el pie. Chilló. La gran vía estaba a rebosar de gente, en cambio, ninguno de ellos quiso escucharle.

26 de octubre de 2010

Ese día cayó un enorme chaparrón en sus mejillas (Alex)

Su corazón parecía estar fabricado con madera.
Con la misma madera que estaba fabricado un mueble absurdo, de cualquier salón absurdo, de cualquier casa absurda, de cualquier vida monótona y absurda.
Cuando alguien lo destrozaba, las astillas se clavaban en su piel y le hacían sangrar. Y ella lo hizo.
Se sentó en el suelo de aquella habitación vacía, que algún día quiso ser de ellos. De ellos, que bien sonaba entonces. Y que mal ahora. Que mal suena hablar en plural cuando estas solo. No lo podía remediar, ese día cayó un enorme chaparrón en sus mejillas.

19 de octubre de 2010

Tanto amor la estaba poniendo enferma (Alba)

Cogió el primer autobús que pasó. Uno de los pequeños placeres de la vida de Alba era sentarse en los últimos asientos del autobús, donde nadie la molestara, y mirar las gotitas que caían y bajaban por los cristales, haciendo carreras entre ellas. Decidió que ese día lluvioso no tenía nada mejor que hacer que eso, disfrutar de la cosa mas simple del mundo. Se sentó en los últimos asientos, como siempre. Delante suya estaban sentados una pareja de ancianos. Ella le decía a él, preocupada, que cuando bajase del autobús todo el trabajo que había puesto la peluquera en su permanente se iría al garete. Él, asintió aburrido, mientras ella seguía quejándose una y otra vez de lo mismo. Esta escena dió que pensar a Alba. ¿En eso consistía el amor? ¿En escuchar las quejas absurdas y superficiales de tu pareja durante el resto de tu vida mientras asentías, aburrido? Después miró a una chica que estaba sentada al otro lado. Tendría su misma edad. Estaba dibujando corazones en la carpeta de clase. Volvió a pensar en ello. ¿En eso consistía el amor? ¿En dibujar su nombre en todas partes con corazones alrededor, y en decirle durante el resto de tu vida 'te amo', frase que irá perdiendo todo el sentido con los años?
Bajo del autobús. Tanto amor la estaba poniendo enferma.