Un día le canté una canción alegre a la soledad. Acto seguido, disfruté de un buen Lucky. Pensé que la vida se basaba en pequeños detalles, como éste. Lo disfruté al máximo. Creo, que a ella le hizo gracia mi ingenuidad y valía. Si, supongo que fue eso. Le eché el humo en la cara y le mentí, una vez más, diciéndole que me encantaba que estuviese a mi lado.
Qué cruel, con esas cosas nunca se miente. O quizá es que se engaña a sí mismo pensando eso.
ResponderEliminarMe encanta el final.
ResponderEliminarMe gusta mucho, y la foto de la cabecera de tu blog me encanta!
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