8 de enero de 2011

#1. Caroline

Me desperté temprano, cosa que no suelo hacer nunca y puse el café. Me vestí con lo primero que encontré en el armario: un par de botas militares, unos vaqueros rotos por todas partes y una sudadera de Aerosmith. La noche anterior había preparado la maleta. Tuve que ingeniármelas para cerrarla, estaba hasta arriba. Decidí sacar todo lo que no fuera totalmente indispensable y estaba visto que me equivoqué, porque una sudadera de Aerosmith, unos vaqueros rotos y unas botas militares no podían faltar. Recogí mis cuadernos de dibujos, mis cd's, los negativos de mis fotografías y mi guitarra. Me tomé el café, saboreándolo todo lo posible, ya que no sabía lo que me esperaba en la gran ciudad y mucho menos si volvería a probar algo caliente en mucho tiempo. La decisión no había sido tan dificil como esperaba. Seguramente, en una de las películas de mi hermana pequeña, el sujeto en cuestión estaría llorando a mares y de fondo sonaría una balada triste. En absoluto. De fondo sonaban los gritos de mi vecino antes de maltratar a su mujer y en cuanto a lo de las lágrimas... Ya derramé todas las posibles en su momento, estaba completamente segura de que no me quedaban más.
En ese momento recordé unas palabras que me dedicó un profesor hace años: "Si no quieres creer en Dios, no lo hagas, si no quieres creer en la gente que te rodea, tampoco. Pero si no quieres creer en ti misma estás perdida". Esas palabras sonaban en mi cabeza a menudo y me recordaban quien era: nadie. Y que hacía en este mundo: limitarme a existir. Me terminé el café, cogí mis cosas y salí corriendo por la puerta. Unos segundos más hubieran bastado para echarme atrás.

3 comentarios:

  1. creo que... deberia hacer eso alguna vez en la vida

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  2. T.T vecino cabrón!
    eso del vecino maltratador me ha dejado calada menuda BSO :S
    me gusta me gusta

    ten guapita e.e http://lalunadesalem.blogspot.com

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