Entré en tu cabeza y tus instintos de supervivencia contra todo tipo de amor se fueron al garete. Crucé la línea que separaba la razón del sentimiento y cambié las tornas al asunto. Quizá hice mal, no lo sé. Lo único que sé es que destrocé tu plan de salir vivo de esta, o por lo menos con algo de cordura.
Y me encanta.
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