12 de mayo de 2012

"No os olvidéis, en vuestra puta vida, de que soy el Perro Verde."

Tres meses llevaba esperando la entrada colgada del corcho, y ayer fue el día. Me han dicho más de una vez que me tomo estas cosas demasiado en serio, pero me da igual. Para mí no hay nada mejor que un concierto, y más si es de uno de tus grupos favoritos. Es la segunda vez que los veo, la segunda vez que me emociono en Corazón de Mimbre y la segunda vez que me dejo la voz y el alma con ellos. No voy a hacer una crónica del concierto. Solo quiero dar las gracias a los Marea por formar indirectamente parte de mi vida, por darme tantos buenos momentos, por hacerme saltar y llorar de esa manera, y por darme pedacitos de felicidad cada vez que empiezan a sonar. Gracias por ser, gracias por estar. Que nunca, nunca, nunca baje la Marea.



Y como diría otro gran tipo: "Los conciertos tienen una cosa fatal, solo una cosa... y es que suelen terminar" 

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