26 de mayo de 2012

Una historia de catorces de febrero, de abriles robados, de princesas que se buscan otro perro que les ladre, de Venecia sin ti. Una historia de miel en los labios, de cenicientas de saldo y esquina, de alcobas frías. De reinas de instituto,  de enamorarse un poco más de la cuenta, de la calle Melancolía. Una historia de piratas cojos, de fulanos sin lágrima fácil, de amores que matan, de cenizas de revoluciones. Del sexo, el rock y la droga. Una historia de crímenes perfectos que no cometimos, de manuales para héroes o canallas, de licores del fracaso. Una historia de Barbi Superstar, de boulevares de los sueños rotos. Una historia de canciones que se burlan del miedo, de allá donde se cruzan los caminos, donde regresa siempre el fugitivo, (pongamos que hablo) de Madrid. Una historia de posadas del fracaso, de huele braguetas sin licencia, del caso de la rubia platino. Una historia de la que se llamaba Soledad y estaba sola.



Una historia de princesas y canallas.







1 comentario:

  1. JO-DER.
    Que increible esta entrada, enserio, flipo.
    No voy a ponerme a explicar lo grande que es Sabina, porque ya lo sabemos, y ya lo has dejado tú muy claro en esta entrada.
    Me encanta como escribes, como ya te dije, no dejes de hacerlo.
    Un besazo, bonita.

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