1 de marzo de 2012

Cerrar los ojos y desaparecer. Que una voz te transporte, que tres acordes sanen tus heridas.
Las canciones que se escribieron por necesidad y se escucharon por amor, o al contrario. ¿Quién lo sabe? Ellos las componen sin saber a quién van a llegar, y nosotros sin saber su historia. 
Me gusta escuchar una canción mil veces y a la mil uno, descubrir el bajo. O darme cuenta de que la letra incluía una frase maravillosa en la que nunca había reparado. Me gusta la magia de la música, me gustan los vinilos, los agradecimientos del disco, llorar con una canción. Me gusta mirar hacia atrás en los conciertos para ver la cara de felicidad de la gente -como hacía Amelie en el cine-. Me gusta darme cuenta de que es de las pocas cosas que unen a la gente en el mundo. Que, a pesar de las diferencias, se puede compartir el amor por una banda, y eso es más que suficiente



"Ni siquiera saben lo que significa ser fan. Adorar con tanta fuerza una estúpida canción o una banda. Tanto…que hasta te duele"
Casi famosos.


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