21 de abril de 2012

Deshaciendo primaveras.

Épocas malas, sonrisas vacías y cuentos sin final. Supongo que lo más fácil habría sido abrazarme a la tristeza y a la almohada y buscar razones durante todo el día para levantarme. Pero él siempre me dijo que vivir era complicado, pero que merecía la pena. Me decía que disfrutara de cada segundo, que nunca iba a volver.
Y el domingo más difícil de mi vida, lo recordé. Tiré la tristeza a la basura y decidí que el mundo está hecho para que te lo comas. Sin él todo va a ser más duro, más difícil, menos de verdad. Pero hay que intentarlo.

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