31 de diciembre de 2012

2013, sé bueno.

Empieza 2012 y el flaco de las gafas de sol saca una canción que se llama Eme, justo el día de mi cumpleaños. Podría resumirlo todo con ella. Llega un paquete desde el Mediterráneo con Exile On Main Street y la carta más bonita del mundo. Supongo que ahí empezó el año, Nochevieja es una noche cualquiera. Los Despistaos inauguran mi caja de recuerdos del año, dos conciertos y mi Estrella. Pozo aparece en un escenario con una chaqueta de lentejuelas y, al mismo, despido a alguien que estuvo ahí mucho tiempo y que nunca tuvo sitio. Supongo que crecemos y cambiamos, aunque no nos demos cuenta. 
Abril se autoproclama el peor mes de la historia de los meses y el mundo empieza a ser un lugar más triste en el que vivir. Mayo llega alegrando vidas, con sonrisas nuevas y los de Berriozar subidos a un escenario, diciendo eso de que con el corazón en la mano es como mejor se salta. Junio aparece aprobando asignaturas pendientes y con las mejores personas del mundo aparcando en Madrid. El abrazo más raro y bonito del mundo. Pereza se despide en Vistalegre, alumbrando su cielo con mecheros en Amelie. Y llega el verano, cogiendo aviones de ida y vuelta, y Zamora me recibe con mucho calor y muchas ganas de no hacer nada que no me haga feliz hasta septiembre. El cual, llegó con un curso nuevo y no menos aburrido y Rivas saltando en el En Vivo. Extremoduro, la vida. En octubre, manifestaciones. Los estudiantes en la calle. Noviembre llega con la Alegría de Albertucho y diciembre con eternas cenas familiares y paseos bajo las luces de Gran Vía, cantando cualquier canción.
Mientras tanto, por aquí todo sigue igual. Un señor se tira de la estratosfera, un coreano bate récords en internet y los mayas predicen otro fin del mundo más para nuestra colección.
A veces, la vida pasa y no pasa nada. Pero 2013 no va a ser así. Lo sé. Voy a coger lo mejor de 2012 y lo voy a multiplicar por cien. Voy a seguir ilusionándome y van a seguir decepcionándome, claro. Eso nunca cambia. Pero supongo que es ley de vida, que tienen que pasar cosas malas para que sepamos apreciar las buenas. 


Tengo 2013 en blanco, entero para mí. Hay que aprovecharlo.


1 comentario:

  1. Lo mejor del 2012 y multiplicarlo por cien. Lo tendré en cuenta, ojalá sea así. Feliz año (seguro que lo es). Un beso.

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