3 de diciembre de 2012

Días que se escapan de las manos

Este noviembre no ha sido dulce y acabo de leer por ahí que un mes que empieza por no, no puede ser bueno. Es una excusa, pero me vale. No ha sido triste, no lo he pasado mal, no he llorado -casi-. Simplemente no ha pasado nada. Ha sido un mes corriente, de un año corriente, de una vida corriente: la mía. Ha habido Alegría, de la mano de un señor que toca el banjo y la pandereta, con un puñado de canciones y palabras bonitas. También he querido mucho, sí. Me he dado cuenta de por qué quiero a las personas que quiero y de por qué no quiero a las personas que no quiero. Suena evidente, pero encontrar argumentos no es tan fácil. Y lo he hecho. He empezado a echar de más y me sienta bien. Aún así, para alguien que nunca se conforma, este ha sido un mes de esos en los que el tiempo pasa y no pasa nada.

1 comentario:

  1. Si has querido,no lo has desperdiciado.
    Y si has conseguido escribir esto,tampoco.

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