15 de abril de 2012

Creció entre los humildes brazos de una familia en un pueblo de Castilla. Encontró a la mujer de su vida con catorce, se quisieron a escondidas y a los veinte llegó a Madrid creyendo que se iba a comer el mundo. Volvió a buscarla y crearon una vida juntos. La guerra ya quedaba muy atrás, parecían ser tiempos mejores para todo el mundo. Tuvieron una hija, un hijo y una nieta. No necesitó más para avanzar que nosotros. No necesitó más para no querer desaparecer. Era un valiente, un luchador, una de esas personas que se pueden contar con los dedos de una mano, y que, si encuentras alguna vez, debes sentirte alguien afortunado. Nadie desaparece si todavía queda alguien que le recuerda, y en mi memoria están grabadas cada una de sus sonrisas. De sus gestos, de sus manías. De esa forma que tenía de salir adelante siempre, pasara lo que pasara.


Me han robado el mes de abril y, con él, un trocito de mí.

1 comentario:

  1. Adoro tus textos, fotos, frases; adoro tu blog entero!
    Me encanta :)

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