27 de junio de 2012

Bajo la suela II.

-Nunca me habías hablado de él. 
-Nunca me habías preguntado.
Bajamos la avenida principal subidos en la vieja moto de su tío, con el viento y la nostalgia sacudiéndonos la cara. Era cierto que nunca le había hablado de mi padre, ni le había contado la historia de mis padres, tampoco es algo de lo que sentirme orgullosa. Nunca hemos sido una familia. Sin Nochebuena, sin abrazos al llegar de clase, sin cumpleaños feliz. ¿Por qué iba a contárselo a él? 
-¿Les quieres?
Izan y yo siempre hemos tenido una relación abierta. Tan abierta, puede que ni siquiera sea una relación. Hemos probado muchas bocas por la noche, pero por la mañana yo siempre escuchaba el rugir de la moto, y él siempre acababa enredado en mi pelo. Desde hacía seis años. Desde que descubrimos que existía vida detrás de los barrotes de nuestras casas. 
-Les acepto.
Nunca me han exigido nada, nunca me han preguntado adónde iba, ni con quién. Nunca me han impuesto una religión, ni unos ideales. Me han permitido ser como quiero ser, y de eso no puede presumir mucha gente. Pero no les quiero, el amor es una palabra demasiado grande en los suburbios. Hay cosas más importantes que el amor.

1 comentario: