9 de septiembre de 2012


Luna soñaba ser una pieza en su vida… y no. Al final no. Tenía las mismas ganas de siempre y el valor de nunca. Sus corazones siempre acababan partidos a la mitad. Se resquebrajaba uno y al poco de reponerlo volvía a aparecer algún capullo en su vida con la sonrisa más bonita del planeta. Luna brillaba cada noche como nunca. Tan triste y sola como siempre. Canciones de amor de poetas que nunca acertaban con el verso adecuado. Más sola que la Luna, decían. ¿Así como iba a empezar a brillar de verdad? Ahora camina por ahí, apurando sonrisas y dejando líneas inacabadas de historias de mierda.

Luna soñaba que quería soñar contigo. ¡Sólo contigo!

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