15 de diciembre de 2011

El Ático de Malasaña. #3.

Siempre llevaba un café ardiendo entre las manos. Le gustaba el arte y se indignaba viendo las noticias. Tenía una mirada increíble, reía hasta hacerte enloquecer. Bailaba bajo la lluvia o en habitaciones cutres de hoteles de paso. Odiaba este mundo, pero él la adoraba. 

Nunca fue de esas que dibujan corazones en las esquinas de los folios o en los puntos de las íes. Prefería dibujar estrellas, decía que nunca mentían y que eran las únicas que dictaminaban tu suerte.
Nunca creyó en Dios, pero creía en cualquiera que le diese calor en noches frías de invierno.

Era, de lunes a sábado, de Stones, pero los domingos le perdían los Beatles.
Su sonrisa era inquietante, aunque efímera. Era de esa gente que sonríe con la mirada.
Siempre tuvo un papel de groupie que ni ella misma buscó pero acabó encontrando. Todos los artistas que la conocían se enamoraban de ella, pero no le servían. No eran lo suficientemente amargos, decía, para que eso que hacían, se pudiese llamar 'arte'.


Estaba loca.
Pero las mejores personas lo están.

3 comentarios:

  1. ha sido entrar en tu blog, ver todas las imágenes de la columna derecha y enamorarme profundamente de ti y tus gustos <3 exactamente los míos. sólo por eso te sigo, y si además a eso le añadimos tu forma de escribir, ya es que muero.
    un beso enorme.

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  2. Chicasgroupies, las mejores.
    Nada como rock en sangre y muchas noches frías de invierno con compañía de pseudoartistas :)

    (Muy auténticas).

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  3. Es tremendo. Me encantais tú y tu manera de escribir.

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