Por mucho que los años pasen, J. va
a seguir siendo el mismo, con las mismas magulladuras. Pero no magulladuras
físicas. Heridas de antiguos amores y aún más antiguos desamores. Heridas de
sangre, de lágrimas en habitaciones oscuras, sin un rayo de Sol que entre por
la ventana. En edredones descosidos que tuvieron mejores días y mejor compañía.
Mejores sonrisas entre besos rápidos y noches lentas. Echar de menos es fácil,
lo difícil es echar de más. Porque el
amor cuando no muere mata y
en la ciudad grande mata más que muere.
Ahora los fantasmas del pasado se le
aparecen y le cuentan que a ella le va bien. Todo lo bien que le puede ir a
alguien sin amor, todo lo bien que le puede ir a alguien que se quitó el peso
de los sentimientos de encima. Nunca le dijo que lo sentía, ni ella hizo amago
de que quisiera perdonarle los años y mucho menos los daños.
wow. me ha encantado, sobre todo esa parte en la que dice, que en la ciudad grande mata mas que muere, que gran verdad.
ResponderEliminarun beso! :)